Los vinos espumosos se han abierto a la Denominación de Origen Rioja mostrando una inquietud de adaptación a los nuevos consumidores, y de aprovechamiento de la heterogeneidad del mercado y de las favorables condiciones de tierra y materia prima de la región. Y es que la relación de La Rioja con los espumosos es un viaje al pasado que muestra que estos vinos están en el germen de su historia vinícola. El primer espumoso del país vio la luz en 1857 en Haro; actualmente cinco bodegas elaboran estos vinos, aunque dentro de la Denominación de Origen Cava: Bodegas Bilbaínas, Bodegas Escudero, Bodegas Faustino, Bodegas Olarra y Bodegas Muga.
Esta historia que nace ya en el siglo XIX está íntimamente ligada a Bodegas Bilbaínas, ya que en el año 1890, la sociedad francesa ‘Savignon Frères et Cie’, posteriormente adquirida por empresarios vizcaínos, contrató a un maestro champanero de Reims, Charles Delouvin, para la elaboración de estos vinos. Unos años más tarde, en 1913, Bodegas Bilbaínas sacó al mercado el primer espumoso comercial riojano bajo el sello de ‘Champán Lumen’.
Precisamente Bodegas Bilbaínas, la precursora de los espumosos riojanos, ha sido la única de las cinco bodegas elaboradoras de cava en la actualidad que ha dado el paso de inscribirse para la elaboración de espumosos en Rioja. «Es algo que no desechamos, puede ser interesante si realmente aporta valor», explica Alejandro López, de Bilbaínas.