Innovando alrededor del vino
El vinícola es un sector que reconoce la tradición como valor añadido... casi siempre
Por Sergio Moreno
La cuadratura del círculo en el sector del vino se asienta sobre una afirmación bastante habitual. Esa que dice algo así como que «para respetar la tradición lo importante es innovar cada día». Y entonces, la cabeza de un tecnólogo ‘explota’. Pero para la de un bodeguero es un hecho natural esta supuesta contradicción. Innovar y tradición parecen muy alejadas en la mayoría de actividades, salvo en la relativa al mundo del vino, que por otra parte lleva muchos años demostrando que es posible respetar la tradición de sus vinos para hacerlos cada día mejores aprovechando la tecnología que se va incorporando al sector sobre todo a través de las industrias auxiliares como las de los tapones, las de las cápsulas, barricas, imprentas, instalaciones...
Un ejemplo claro es el estaño en las cápsulas que completan una botella de vino. Ramondin y Rivercap han sido capaces de ser toda una referencia en esta cuestión, que ha servido para mejorar la seguridad del vino, pero también la imagen de los vinos de Rioja en todo el mundo. Es esta relación constante de las empresas satélites del vino con la innovación las que en cierta forma permiten dar pasos hacia adelante a toda la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Cuidar la viña todo el año, vendimiar, meter la uva en la bodega, elaborar el vino, criarlo, embotellarlo y venderlo. Es la estructura vertical del vino, pero existen miles de matices que permiten la diferenciación final en los mercados. Cada vino es diferente. Y la innovación es parte de este hecho. Pero con matices, pues innovar demasiado puede ir en contra de ese carácter tradicional tan intrínseco al vino de Rioja.
«Hay quien se está pasando con esto de la incoación, al menos en mi sector», explica Sergio Aja de Calcco, estudio de diseño riojano. «Y pasa lo mismo con quien se pasa de tradicional». Hallar el punto exacto depende en gran medida de «lo seguro que esté el bodeguero con su vino, con su proyecto», apunta Aja a modo de reflexión general sobre el respirar de la DOCa relativo al debate sobre tradición e innovación. «Los vinos franceses e italianos se reconocen rápidamente en un lineal porque existe una línea conjunta en el diseño de etiquetas. En Rioja no pasa eso y estaría bien trabajar en un carácter común», apunta Aja.
En un sector como el del diseño gráfico, la creatividad dispara la capacidad de ser innovadores hasta el exceso. Pero existen otras industrias auxiliares, más industriales, cuyos desarrollos innovadores inciden directamente en la calidad del vino, en la reducción de riesgos, costes y huella ecológica.
Una innovación única en el mundo es lo que se conoce como Tostado TRH, de Tonelería Quercus. «Nuestro sistema exclusivo de Tostado Rotativo Horizontal garantiza la reproducción exacta del tostado, creando los perfiles aromáticos a la carta elegidos por los enólogos de cada bodega para el tostado de sus barricas», explica Enrique Echepare, de Tonelería Quercus. Dejaron a un lado el brasero y lograron tostar las barricas con un software que comprende 25 perfiles aromáticos diferentes que se pueden aplicar directamente en cada barrica. «Cada vino adquiere así una personalidad que, además, es posible definir con exactitud pedido tras pedido». Mayor poder de definición y de decisión para el enólogo, que ya puede definir con exactitud sus barricas.
OresteO es otra empresa de la DOCa que se define por su capacidad para innovar, y por tanto para dar nuevas soluciones a las bodegas, que podrán hacer mejor vinos, siguiendo sus pautas tradicionales, pero ayudados por la innovación. «Aportamos tecnología de última generación para la obtención de vinos más naturales con la menor intervención posible», explica Roberto Ruiz, director general de OresteO. «Usamos como medio de energía un gas producido de forma natural y totalmente gratis con capacidad para trabajar la fermentación en depósitos de distintas capacidades desde 5.000 hasta 1 millón de litros».
Destaca también el proyecto que acaba de conseguir el ingeniero Julio Dueñas, de JDueñas. «En nuestro sector siempre se está mejorando, pero los conceptos fundamentales en el control de las temperaturas en los depósitos continúan invariables. Por ejemplo, hemos conseguido el control de temperatura en lago de hormigón abierto de maceración carbónica, en Rioja Alavesa, y a buen seguro el año que viene será una nueva línea que tendremos que ampliar».
O en la impresión de etiquetas. «En Etilisa a día de hoy somos los únicos impresores de etiquetas autoadhesivas 100% digital de toda España. Hemos apostado por esta tecnología por su máxima calidad de impresión y por su flexibilidad en tiradas medias y pequeñas», explica e su gerente Diego Castillo.