la emperatriz. baños de rioja

Un sueño en medio de una viña inmensa

Las más de 100 hectáreas de viñedo de La Emperatriz guardan una gavilla de sorpresas a los visitantes de paso o a los que quieren despertar entre cepas

TOÑO DEL RÍO Toño del Río Justo Rodríguez Justo Rodríguez
Las Villas de Finca la Emperatriz, Para dormir, y sobre todo despertar, en medio de un viñedo.
Las Villas de Finca la Emperatriz, Para dormir, y sobre todo despertar, en medio de un viñedo.

Si alguien soñó en alguna ocasión con una viña inmensa, con una sucesión interminable de cepas, una ordenada alternación de surcos y vides enmarcadas en un paisaje plácidamente llano que finiquita como telón de fondo un impresionante roquedal... si alguien lo soñó, pienso, es que soñó con la Finca La Emperatriz. Tal se presenta al visitante, tintada de los carmines y los ocres del otoño riojano que pese a la sequía se imponen bajo un cielo limpio, azul de postal, desde la carretera que desemboca en Castañares de Rioja.

La veteranía de los primeros viñedos contrasta con las formas más modernas de la bodega que, como un château bordelés, emerge entre el mar de cepas. Recibe Eduardo Hernáiz. Fue su familia la que en 1996 adquirió la finca al conde de Torremuzquiz. Aunque no fue este sino otra aristócrata la que le dio nombre y fama. Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III fue la Emperatriz y dueña de los predios de Baños de Rioja que defiende de las humedades y los cierzos atlánticos los Obarenes, un muro-pantalla de roca que asoma al noreste de las más de 100 hectáreas de viñedo que sigue ocupando Finca la Emperatriz.

Eduardo Hernáiz, en la casa de catas
Eduardo Hernáiz, en la casa de catas

La visita a la bodega, sin privaciones tecnológicas, claro, es un breve aperitivo al corazón del proyecto: el campo. Al límite geográfico de la DO, casi a 600 metros de altitud, La Emperatriz son 101 hectáreas de suelos pobres, piedras y cantos rodados que aportan a los vinos las cualidades para envejecer sin perder vida ni elegancia y le aportan la sustantiva mineralidad que los ha llevado a la parte alta del competitivo escalafón de Rioja.

En ese escenario se asoma el visitante a un idílico espacio. Unas casas roban unos metros a la viña. Se suponen las viviendas de los operarios de la finca. Hoy son wine bar, tienda y espacio para catas y eventos. Tal y como cualquiera los hubiera soñado. Un sueño para entrar a vivir.

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Viñas y villas

Finca La Emperatriz

Viñedo Singular 2017

Se vendimian a la vez tempranillo (76%), Garnacha (22) y Viura. Despalillado al 100% y estrujado un 40%.
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