Vinos de Ábalos

Una realidad histórica reconocida ahora sobre el ‘papel’

Bodegas Abeica, en Ábalos, explica que «ya éramos elaboradores de vinos de pueblo, ahora se le ha puesto nombre»

Por Diego Marín A.

EBodega pequeña, familiar, que trabaja sólo con viñedos propios y la técnica de la maceración carbónica para su vino joven, los crianzas, reservas y grandes reservas. Así es Abeica, en Ábalos. «Era bastante fácil para nosotros optar a la categoría de vinos de pueblo, la filosofía de la bodega es esa», advierte la enóloga de Abeica, Isabel Fernández. La bodega cuenta con 30 hectáreas de viñedo en Ábalos, aunque también cuenta con otras parcelas familiares en San Vicente: «Hacemos una selección muy fuerte y no todos los años consideramos que sirven las uvas para todo. Sí hacemos siempre Chulato, el vino joven, pero en los vinos con crianza nos saltamos la añada, si así lo consideramos, sin ningún pudor, sólo los hacemos cuando la uva está en condiciones y el vino responde a las expectativas», explica Isabel Fernández, teniendo en cuenta que «una añada buena o normal para Rioja para nosotros puede ser muy buena, mientras que con una excelente para el Consejo Regulador puede que nosotros sólo hagamos vino joven».

Abeica apostará por certificar todas sus elaboraciones como vinos de pueblo, sobre todo los de crianza, aunque el primero que saldrá al mercado será el joven Chulato. «Jugamos con bastante ventaja: Ábalos tiene forma de uva, cuenta con unas diferencias de altitudes de más de 100 metros en el terreno y, como no se ha hecho la concentración parcelaria, cuenta con fincas que no son muy grandes; de hecho, nuestras viñas están diseminadas por toda la jurisdicción, lo que nos permite hacer una vendimia selectiva con tranquilidad y con el proceso de maceración carbónica, que ya lo hacía mi bisabuelo, hasta para los grandes reservas», señala Isabel.

Para la enóloga de Abeica, su bodega «juega en otra liga» desde que en 1998 dejaron de vender y comprar uva para elaborar únicamente con sus propias viñas, por lo que ahora sus producciones son limitadas. «Cambiamos de filosofía, pasamos de tener 500 barricas a sólo un centenar. Así que desde entonces nosotros ya éramos elaboradores de vinos de pueblo, lo que pasa es que ahora se le ha puesto nombre», expone la enóloga.

La nueva categoría gusta a Isabel Fernández: «Si hemos optado a ello es porque le vemos beneficio, aunque sólo va a reflejar lo que ya estábamos haciendo; al fin y al cabo, es una información que es cierta y está ahí».

«Le ponemos mucho cariño»

«Chulato es un vino joven de maceración carbónica. Si elaboramos con maceración carbónica hasta el gran reserva, cómo no hacerla con el joven», explica Isabel Fernández, quien añade que «como a todos los demás vinos, además de trabajo, le ponemos mucho cariño». «Tratamos de elaborar un vino amable, para todos los días, que invite a beber. Es muy importante que llene la boca, que tenga personalidad», afirma la enóloga. Y no hay prisa, «el vino sale al mercado cuando está listo, no en diciembre o enero, a la carrera; la estabilización es natural y variable».

Chulato de Abeica

Bodegas Abeica

Variedad: 97% de tempranillo, 2,1% de viura y 0,9% de garnacho

Elaboración: maceración carbónica

Añada: 2017

Precio: 3 €